Numéricamente la campaña de Estudiantes es muy buena: suma dos victorias y dos empates en el comienzo de la competencia y es el líder, pero aún mantiene una deuda con la gestación de fútbolPasó la cuarta fecha y el análisis del arranque de Estudiantes se puede ver desde dos perspectivas diferentes.
La primera es desde el pragmatismo de los números: las dos victorias y los dos empates del comienzo lo sitúan en el liderazgo de la zona (aunque con Tiro Federal de Morteros con potencialidad de superarlo al tener un partido menos).
La otra mirada es desde el lirismo del histórico “paladar negro” del hincha de Estudiantes, ese que más allá de pasar los años y de no tener grandes alegrías en las últimas temporadas sigue esperando que su equipo se destaque por un juego vistoso.
Para los defensores de la primera escuela sumar 8 unidades de 12 es más que esperanzador para lo que viene, más si se tiene en cuenta que de visitante ya consiguió una victoria (ante Juventud Unida en la segunda fecha) y que de local el partido que no ganó fue ante Atenas (y los clásicos son partidos aparte en los que poco importa el escenario donde se disputen).
Los que se ubican en la vereda de enfrente se agarran del poco dominio que el equipo ejerció ante los rivales, con momentos de desconcierto en la gestación de juego.
Nunca los extremos son buenos y en este caso tampoco. Queda claro que una de las grandes falencias de este Estudiantes es la creación de juego, más contando en su plantel con futbolistas de buen pie y jerarquía como los que posee. También quedó evidenciado que con esta falencia (uno presume que con el correr de los partidos se va a terminar de ensamblar el equipo) le alcanzó para mantener su invicto, su chapa de candidato y mirar a todos desde arriba.
El funcionamiento del domingo en Leones era el esperado, si tenemos en cuenta que perdió a Andrés Aimar y a Víctor Beraldi por lesión. A esto hay que sumar las dimensiones del campo de juego de Sarmiento, algo que tampoco ayudó a generar espacios.
Más allá de esto, falló la idea de no centralizar tanto el juego y tener salida por los costados, ya ni Martín García por izquierda y menos Luciano Cardinali (de muy flojo partido) por derecha le dieron al equipo la prestación que Marcelo Vázquez pensó en la previa.
En este contexto fue una muy grata sorpresa lo realizado por Alejandro Cabrera, quien debutó en el Federal B y, además de aportar su habitual presencia en la recuperación de la pelota, la puso siempre bajo la suela y se dedicó a distribuir el juego en la mitad de la cancha.
Los que más sufren la falta de juego son los delanteros. Tanto Comba como Reynoso y Matías Minich han tenido que generarse hasta aquí sus propias situaciones de peligro (o esperar el error del rival), sin poder concretar un gol que termine siendo fruto de una jugada colectiva que los deje solos para definir.
Estudiantes está bien armado de atrás para adelante, con un arquero (Adrián Peralta) que sin lugar a dudas es lo mejor de la categoría; una línea defensiva con experiencia, solvencia y recambio.
Además encontró un volante central (Maximiliano Zbrun) con una jerarquía que hacía mucho tiempo no tenía.
Sólo le falta terminar de acomodarse de mitad de cancha para adelante y parecerse al equipo que uno presume puede ser por la gran cantidad y calidad de jugadores que tiene.
Ahora el Celeste tiene una semana larga de trabajo, una buena noticia luego de tres partidos en 8 días, en la que además de trabajar para recuperar a Beraldi y Aimar, buscará seguir puliendo detalles para reencontrarse el domingo con la senda del triunfo, ya que recibirá en el Ciudad de Río Cuarto a uno de los últimos de la tabla: Argentino Peñarol.
FUENTE: (Tristán Amado) - (http://www.puntal.com.ar) - FOTO: (Marcelo de la Torre).-
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