Más allá de no haber jugado un buen partido ante Atenas, Estudiantes no debe entrar en la locura de los hinchas, ya que de 9 puntos que se pusieron en juego sumó 7 y es el único líder de la zona Centro BLa frase popular “Que el árbol no tape el bosque” suele usarse con una connotación negativa para graficar que un hecho específico no debe ocultar el verdadero trasfondo de la cuestión.
En este caso, la vamos a aplicar de manera positiva, ya que el arranque de Estudiantes en el Torneo Federal B es mucho más agorera que la pálida imagen que dejó el miércoles por la noche ante Atenas.
Queda claro que las malas sensaciones se acentúan porque se trató de un clásico, partidos que para la patria futbolera “se ganan como sea”.
Luego de las tres primeras fechas, el Celeste cosechó 7 de los 9 puntos que se pusieron en disputa y es el único líder que tiene la zona Centro B.
Manteniendo su invicto, sigue siendo el gran candidato que tiene el grupo de los cordobeses para quedarse con uno de los dos pasaportes clasificatorios para la segunda fase.
Ante Alumni de Villa María y ante Juventud Unida, el rendimiento del equipo también había dejado algunos baches, sobre todo en el arranque de los cotejos, en los que se encontró en desventaja y después tuvo que salir a dar vuelta el resultado.
No descubrimos nada si manifestamos que el engranaje de este equipo pasa por los pies de Andrés Aimar y Víctor Beraldi, quienes ante Atenas aparecieron en cuenta gotas y con imprecisiones impropias de jugadores de su jerarquía y buen pie.
Otro de los que estuvieron por debajo de su nivel ante el Albo fue Maximiliano Comba, justo luego de la semana en la que su entrenador Marcelo Vázquez había declarado: “Comba y diez más”.
Un párrafo aparte para los dichos del entrenador mendocino, ya que cada vez que alguien dijo esa frase, en vez de potenciar al jugador que es blanco del elogio, se terminan generando rispideces con el resto.
Sin gestación de juego y sin el revulsivo que tiene este equipo, el Celeste fue uno más, con seguridad defensiva, buena presencia de su volante central (Matías Zbrun) y con los delanteros sin pelotas de calidad para lastimar.
Con ese panorama, Reynoso hizo lo que pudo y casi destraba el partido con un zapatazo que reventó el travesaño. Lo de Minich sigue siendo una incógnita, ya que muestra cosas interesantes cuando va al juego aéreo, pero después le cuesta mucho cuando hay que jugar por abajo.
Los resultados en este comienzo del torneo vienen a rubricar las sospechas que teníamos todos en el comienzo: va a ser una zona muy pareja en la que cualquiera le puede ganar a cualquiera y en ese contexto cosechar dos victorias y un empate es más que aceptable.
Son las primeras presentaciones y el equipo tiene que seguir encontrando su mejor rendimiento, potenciar sus virtudes (tiene muchas) y disimular sus defectos (mostró algunos), lo que no puede hacer es desesperarse y dejar que la ansiedad de los últimos años de frustraciones sea contraproducente para un proceso que comenzó hace tres partidos.
FUENTE: (Tristán Amado) - (http://www.puntal.com.ar) - FOTO: (Marcelo de la Torre).-
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