El equipo de Darío Bringas reaccionó positivamente ante la adversidad y consiguió un buen punto en casa de Estudiantes. Más allá de su capacidad de adaptación, el Albo debe mejorar en varios aspectosLa salida de Atenas del estadio Antonio Candini estuvo rodeada de dos sensaciones. Una fue la bronca contra el arbitraje de Matías Ramos, y otra, la de tranquilidad por lo que el equipo mostró adentro de la cancha. De las dos, con la que debería quedarse el Albo, es con la segunda.
En vez de enfrascarse en una discusión que no tiene sentido ni futuro, como es la de los arbitrajes, Atenas debe mirar para adentro y sacar conclusiones de lo que fue su mejor partido en lo que va de este Federal B.
Cuello como capitán
Con un jugador menos, el conjunto de Darío Bringas sacó a relucir una versión muy interesante. Porque no sólo trató de replegarse y aguantar ordenadamente. En el primer tiempo, sobre todo, no fue una cuestión de aguante, o en términos mas tribuneros de “huevo o garra”, lo que le permitió sumar un punto en la cancha de Estudiantes.
Atenas lo fue a buscar, con Álvaro Cuello pidiendo la pelota y animandose a jugar, arrastrando marcas y saliendo claro desde el fondo. Alguno se quejará de que perdió algún balón en esos intentos, pero el trámite le dio la razón y, cada vez que él salió jugando, la pelota tardó mucho más en volver al campo ateniense, que cuando Fernando Maldonado u otro defensor la despejaban sin destino claro a terreno antagónico.
Cuello fue el que mejor entendió las cosas después de la expulsión de Oyola. Hasta ahí, las cosas no habían sido buenas para Atenas, Comba se hizo un picnic por la derecha del ataque de Estudiantes. La expulsión del Tacuara y la amonestación de Becerra fueron generadas por el ex-San Martín de Mackenna.
Pero a partir de quedarse con uno menos, el conjunto de la Marconi se ordenó. Mucho antes del ingreso de Hugo Baigorria para rearmar la línea de cuatro, Atenas ya estaba bien parado en el juego. Cuello tomó las riendas, Lucas Reynoso, Pérez Araya y Nicolás Gatto se agruparon a su alrededor para mantener al Celeste lejos del arco de Emanuel Testa.
En el complemento la cosa cambió y ahí sí Atenas se defendió más sin la pelota que con ella. Fue en ese segundo tiempo que creció la figura de César Torres. Esto no opacó a Cuello, sino que fue la mixtura de ambos lo que le dio al equipo de Bringas la posibilidad de estar siempre partido.
Vueltas y confirmaciones
Entre esas buenas sensaciones que se llevó Atenas del estadio celeste, está el buen regreso de Hugo Baigorria. No sólo porque el lateral “resucitó” de lo que parecía ser una lesión sin vuelta, sino porque lo hizo con un nivel no esperado para alguien que viene de estar parado más de una semana. El regreso del defensor es un alivio para una línea defensiva que estaba muy emparchada.
La otra gran noticia es la confirmación del crecimiento que está teniendo César Torres. De a poco, el Pitbull va confirmando el auspicioso futuro que le veían en Atenas. Fue de lo mejor del equipo hasta aquí en el torneo. Siempre con actuaciones de más de 6 puntos y mostrando una maduración con respecto al Federal C.
No todas son rosas
Más allá de lo bien que reaccionó el equipo y cómo se acomodó a las acciones, hay cuestiones a seguir de cerca.
Al igual que en Leones, Atenas debió adaptarse debido a una expulsión evitable. En aquella ocasión había sido Becerra, ahora fue Oyola. Esto hay que mirarlo de cerca, porque ya fue un problema para el Albo en este tipo de torneos.
Además, no hay que perder de vista que en el inicio del partido, Estudiantes fue muy superior, aprovechando los espacios en el medio campo.
El domingo, Atenas enfrentará a Racing y se verá si puede aprovechar las enseñanzas que dejó el clásico.
FUENTE: (Agustín Hurtado) - (http://www.puntal.com.ar) - FOTO: (Marcelo de la Torre).-
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