Fue la última competencia de esta temporada pero el ganador no se decidió en las pistas. La Federación Internacional de Atletismo, la IAAF según sus siglas en inglés, entregó el Premio Mejor Atleta del Año 2017 al campeón mundial catarí de salto en alto, Mutaz Essa Barshim, y la ganadora del oro olímpico en el heptatlón de Río 2016, la belga Nafissatou Thiam, durante la tradicional cena de gala a celebrada en Montecarlo, principado de Mónaco.
Presidida por el campeón olímpico británico devenido en dirigente, el ex mediofondista Sebastian Coe, la IAAF eligió a los ganadores de estos premios mediante una votación realizada entre un comité de expertos, integrantes de su comisión directiva y la opinión del público que representó un 25% del puntaje total final.
Por primera vez en la última década, el velocista jamaiquino Usain Bolt quedó afuera de la nómina de candidatos al premio de Mejor Atleta del Año ya que su participación en el mundial de Londres 2017 no cumplió las expectativas al finalizar tercero en los 100 metros sumado a su abandono en la posta 4×100 a causa de una lesión que le impidió correr más de tres zancadas.
La otra gran ausencia generó polémica porque la IAAF dejó afuera al campeón olímpico estadounidense
Justin Gatlin, quien a sus
35 años –una edad en la que la mayoría de los velocistas ya se retiraron de las pistas- conquistó el título mundial de esta temporada
tras cumplir dos suspensiones por doping.
Mutaz Essa Barshim se impuso ante el principalfavorito a ser elegido como el número uno de 2017, el bicampeón olímpico británico de origen somalí Mo Farah, ganador del oro en los 5 y 10 mil metros del mundial de Londres.
Tres semanas después de colgar los zapatos con clavos para competir en asfalto,
Farah corrió 21 kilómetros en una hora con seis segundosconquistando por cuarta vez consecutiva el Medio Maratón Great North Run de Inglaterra cuyos 41.000 participantes, provenientes de 178 países, la convirtieron en los 21K de mayor convocatoria a nivel mundial.
Otro rival en estos premios IAAF fue el sprinter sudafricano Wayde van Niekerk, quien obtuvo el título global en 400 metros llanos y se colgó la presea de plata en 200 metros.
A sus veintiséis años, Mutaz Essa Barshim ya se consolidó como uno de los grandes saltadores de altura de la historia gracias a gracias a su proeza de 2,43 metros que constituye la segunda mejor marca de todas las épocas, sólo superada por los míticos registros de 2,44 y 2,45 que logró el cubano Javier Sotomayor. Además, se colgó sendas medallas de bronce y plata en Juegos Olímpicos.
Por su parte, la belga Nafissatou Thiam de veintitrés años, con 72 kilos distribuidos en 1,87 de altura, subió a la cima del podio olímpico en Río de Janeiro 2016 en Brasil donde alcanzó una sumatoria total de 6.810 puntos a lo largo de las siete pruebas de pista y campo.
Bajo la guía del entrenador Roger Lespagnard, la integrante del club de atletismo de Lieja, esta temporada conquistó la corona europea de pentatlón en pista cubierta con 4.870 unidades como corolario de las cinco pruebas.
En la terna de la IAAF prevaleció sobre la corredora de fondo etíope Almaz Ayana, la pertiguista griega Ekaterina Stefanidi, la mediafondista sudafricana Caster Semenya, campeona mundial de 800 metros y bronce en 1.500 y la rusa Maria Lasitskene, quien en la capital inglesa compitió bajo bandera neutral coronándose campeona mundial de salto en alto.
El atletismo sudamericano cantó presente a través de la campeona mundial de triple salto, la venezolana Yulimar Rojas, quien ganó la terna de Atleta Revelación Femenina de la que formaba parte junto a la ucraniana Yuliya Levchenko, subcampeona mundial de altura, y la bahrainí Salwa Eid Naser, número dos global de los 400 metros llanos en pista.
FUENTE: (http://www.eldepornauta.com.ar)
