Estudiantes perdió anoche en el cierre de la decimosegunda fecha de la zona 2 del torneo Federal A, 1 a 0, ante Gimnasia y Esgrima en Mendoza.
Patricio Cucchi al minuto de juego fue el autor del único gol del cotejo, que dejó a los riocuartenses con la bronca de no poder sumar en un encuentro en el que superaron a su rival, pero con la tranquilidad de haber doblegado a quien por lejos es hasta aquí el mejor oponente que tuvieron en frente.
El partido
A diferencia de los restantes partidos que había disputado hasta aquí en el Candini, el Celeste salió a jugar con un 4-4-2, en reemplazo del 4-5-1 que lo dejaba con poco peso ofensivo.
Con Aimar y Garro descansando en Río Cuarto y con Bruno Sepúlveda tratando de recuperarse de su lesión, el León apostó a una mitad de cancha con mucha dinámica por los costados con Cainelli por derecha y Comba por izquierda, buscando ser asistidores de la dupla ofensiva compuesta por Coronel y Reynoso.
Pensando en plantarle batalla en la recuperación con Zbrun y Cabrera y buscando contener a los buenos delanteros locales (Palacios Alvarenga y Cucchi), el Celeste se encontró con algo que no esperaba, ya que a los 60 segundos de partido Palacios Alvarenga le ganó en el cruce a Vester, llegó al fondo y mandó un centro preciso para el ingreso de Cucchi, que luego de ganarle en la cobertura a Maffini venció la resistencia de Dulcich.
Ese gol tempranero tiró todas las especulaciones por la borda; pero, lejos de acusar el golpe desde lo anímico, Estudiantes se aferró al libreto y con tranquilidad le fue sacando la pelota a Gimnasia para terminar teniendo el dominio de las acciones.
Con un Comba inspirado (ya dejando la mitad de la cancha para conformar un tridente ofensivo con Coronel y Reynoso), la visita comenzó a arrinconar a su rival y a tener situaciones de peligro para llegar a la igualdad.
Un tiro de media distancia de Comba que se fue cerca del palo de Viola y un claro mano a mano de Reynoso (tras una buena asistencia de Comba) fueron las dos jugadas claras que tuvo el Celeste en la primera mitad para llegar al empate.
Gimnasia, por su parte, sólo exigió a Dulcich con un remate desde el borde del área de Espinosa, que el experimentado arquero despejó con los puños al tiro de esquina.
En el complemento los dueños de casa tuvieron un espasmo de reacción y por intermedio de Navarro desperdiciaron una situación muy clara abajo del arco de Dulcich.
Esta jugada fue sólo un espejismo para los simpatizantes del Lobo, que en buen número llegaron a alentar a su equipo, porque a partir de ahí el Celeste se hizo dueño de las acciones y volvió a poner a su rival a la defensiva y cerca de su arquero.
Precisamente Viola apareció en dos jugadas puntuales para evitar la caída de su arco, tapándole dos pelotas a Reynoso (la primera en un mano a mano y la segunda luego de un cabezazo que en el rebote García definió al palo).
También lo tuvo Lamolla con dos cabezazos que se fueron cerca, pero la más clara estuvo en el final del cotejo cuando Abraham la peinó en la puerta del área, Reynoso le ganó de cabeza a la salida del “uno” local y, cuando la pelota tenía destino de red y de merecido empate para los riocuartenses, arribó Poblete para sacarla en la línea.
El pitazo final del árbitro Julio llegó acompañado de un tibio aplauso para los dueños de casa, que terminaron haciendo tiempo y pidiendo la hora. Además de la bronca de los jugadores de Estudiantes por sentir que habían merecido al menos quedarse con el empate.
Específicamente esa postura de los jugadores celestes es lo más rescatable de la noche mendocina, porque lejos de conformarse con haber jugado de igual a igual (y por grandes momentos del partido habiendo sido superiores) ante uno de los grandes candidatos al ascenso a la B Nacional, se quedaron con la sangre en el ojo por no haber plasmado el buen rendimiento en las posiciones.
Estudiantes perdió en Mendoza, pero ganó confianza para el futuro.
Con Aimar y Garro descansando en Río Cuarto y con Bruno Sepúlveda tratando de recuperarse de su lesión, el León apostó a una mitad de cancha con mucha dinámica por los costados con Cainelli por derecha y Comba por izquierda, buscando ser asistidores de la dupla ofensiva compuesta por Coronel y Reynoso.
Pensando en plantarle batalla en la recuperación con Zbrun y Cabrera y buscando contener a los buenos delanteros locales (Palacios Alvarenga y Cucchi), el Celeste se encontró con algo que no esperaba, ya que a los 60 segundos de partido Palacios Alvarenga le ganó en el cruce a Vester, llegó al fondo y mandó un centro preciso para el ingreso de Cucchi, que luego de ganarle en la cobertura a Maffini venció la resistencia de Dulcich.
Ese gol tempranero tiró todas las especulaciones por la borda; pero, lejos de acusar el golpe desde lo anímico, Estudiantes se aferró al libreto y con tranquilidad le fue sacando la pelota a Gimnasia para terminar teniendo el dominio de las acciones.
Con un Comba inspirado (ya dejando la mitad de la cancha para conformar un tridente ofensivo con Coronel y Reynoso), la visita comenzó a arrinconar a su rival y a tener situaciones de peligro para llegar a la igualdad.
Un tiro de media distancia de Comba que se fue cerca del palo de Viola y un claro mano a mano de Reynoso (tras una buena asistencia de Comba) fueron las dos jugadas claras que tuvo el Celeste en la primera mitad para llegar al empate.
Gimnasia, por su parte, sólo exigió a Dulcich con un remate desde el borde del área de Espinosa, que el experimentado arquero despejó con los puños al tiro de esquina.
En el complemento los dueños de casa tuvieron un espasmo de reacción y por intermedio de Navarro desperdiciaron una situación muy clara abajo del arco de Dulcich.
Esta jugada fue sólo un espejismo para los simpatizantes del Lobo, que en buen número llegaron a alentar a su equipo, porque a partir de ahí el Celeste se hizo dueño de las acciones y volvió a poner a su rival a la defensiva y cerca de su arquero.
Precisamente Viola apareció en dos jugadas puntuales para evitar la caída de su arco, tapándole dos pelotas a Reynoso (la primera en un mano a mano y la segunda luego de un cabezazo que en el rebote García definió al palo).
También lo tuvo Lamolla con dos cabezazos que se fueron cerca, pero la más clara estuvo en el final del cotejo cuando Abraham la peinó en la puerta del área, Reynoso le ganó de cabeza a la salida del “uno” local y, cuando la pelota tenía destino de red y de merecido empate para los riocuartenses, arribó Poblete para sacarla en la línea.
El pitazo final del árbitro Julio llegó acompañado de un tibio aplauso para los dueños de casa, que terminaron haciendo tiempo y pidiendo la hora. Además de la bronca de los jugadores de Estudiantes por sentir que habían merecido al menos quedarse con el empate.
Específicamente esa postura de los jugadores celestes es lo más rescatable de la noche mendocina, porque lejos de conformarse con haber jugado de igual a igual (y por grandes momentos del partido habiendo sido superiores) ante uno de los grandes candidatos al ascenso a la B Nacional, se quedaron con la sangre en el ojo por no haber plasmado el buen rendimiento en las posiciones.
Estudiantes perdió en Mendoza, pero ganó confianza para el futuro.
FUENTE: (Tristán Amado) - (http://www.puntal.com.ar).-
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