Un triunfo de permenencia fue el que Juventud Unida logró sobre Sarmiento de Leones. Es que el 1 a 0 que consiguió en su cancha le aseguró seguir siendo un equipo del torneo Federal B para la próxima temporada.A una fecha del final, el equipo del barrio Las Ferias dejó atrás la incertidumbre que le tocó vivir durante una parte de esta competencia, en la que los resultados no aparecieron y lo llevaron a tener que cambiar de objetivo a mitad de camino.
Cuando a principios de temporada arrancó este proceso, el mensaje que llegó desde la dirigencia era que la meta estaba en pelear por uno de los dos puestos de ascensos y por tal motivo conformó un plantel más largo que en 2016, ya que no quería sufrir dos veces la misma situación. La primera parte del torneo lo tuvo muy bien ubicado en la tabla. Pero de repente los resultados no lo acompañaron, el equipo no tenía juego y no encontraba el rumbo, lo que determinó la salida del cuerpo técnico encabezado por Darío Bringas.
La brasa caliente, por llamarla de alguna manera la tomó Julio Turello, quien llegó a un acuerdo por los cuatro partidos que quedaban por disputar, con una sola meta: mantener la categoría. El objetivo ya lo cumplió, sumó siete de los nueve puntos que disputó y dejó a la entidad en el cuarto escalón del fútbol nacional. Ahora tratará de sumar en el partido que le resta para así terminar lo más arriba posible.
Juventud Unida llegó al juego de ayer con la necesidad de sumar para que las matemáticas lo confirmaran como equipo del Federal B. Y lo logró de la mejor manera ya que lo hizo ganando.
Derrotó a un Sarmiento de Leones que ya está clasificado para la siguiente fase en un encuentro trabado, de escaso nivel técnico, pero en el que el que más lo buscó se quedó con los tres puntos.
En una cancha en la que es muy difícil jugar, los dos equipos tenían en claro que la pelota primero debía estar lo más lejos posible de su arco y de ahí después empezar a buscar el del rival. Fue así que se jugó mucho por arriba, saltando la zona de volantes. En ese contexto, el equipo riocuartense mostró mayor ambición. Prácticamente no sufrió en defensa y fue el que más generó en ofensiva. El premio lo tuvo a los 16 del complemento cuando Gigena cambió por gol un penal que le convitieron a Grande.
El pitazo final del árbitro puntano llegó con desahogo para los jugadores tricolores, quienes se fundieron en un abrazo con la satisfacción de haber dejado a la entidad en la categoría, pero sin olvidarse que la meta inicial era otra.
FUENTE: (José Luis Debernardi) - (http://www.puntal.com.ar) - FOTOS: (Marcelo de la Torre).-
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