Los jugadores del tricolor de Moldes tuvieron el merecido recibimiento por parte de toda su ciudad.-Millones de veces nos preguntamos ¿Cómo Moldes no tiene a un jugador en un club importante? Y de un día para el otro nos encontramos con varios jugadores en un club grande. Hoy Alianza escribe la página más importante del fútbol regional y cada uno de sus jugadores son los crack del momento. Desafiaron a un Independiente de Avellaneda en un espacio muy especial, el Estadio Kempes. Ese que a más de uno le trae recuerdos maravillosos. Y por un día pero para siempre Alianza dejó todo, era el momento justo. La ansiedad, la emoción, la expectativa y cuántas cosas más que se cruzaban entre este encuentro del fútbol chacarero y el fútbol profesional, nada más ni nada menos que ante el rey de copas. Se jugó el partido, la gloria llegó para el conjunto de Moldes, y Moldes llegó a su máximo nivel de popularidad. El nombre del pueblo y de su equipo en todos lados. Ese fue el comentario de estos días. La gloria, que aplaudieron hasta los propios hinchas del rojo y la realidad del ser conocido. De ver desde la mesa de café como llega un periodista de los denominados medios grandes y te pregunta en el bar qué es Alianza, cómo vivimos el fútbol, qué es de la vida de tal y tal jugador, eso te llena de orgullo y cambia la vida del pueblo. Hablamos de otra cosa, de eso que Alianza supo conseguir.
Ese grado de curiosidad nos tomó por sorpresa, pero claro, estábamos enfrentando a Independiente de Avellaneda. Todo hacía suponer que el partido sería duro, pero los nuestros estuvieron a la altura de las circunstancias. Los crack entrenaron, se esforzaron y con mucha humildad fueron a Córdoba. Entraron al Kempes y como si fuera el vigésimo partido que jugaban ahí, se plantaron ante un rival grande, salieron a jugar el partido de su vida y así fue, jugaron y jugaron, la dignidad se hizo presente, la humildad se unió al respeto por la pelota y el buen juego. Fue la presencia de un equipo del interior que supo hacer las cosas… y la gloria. Si, la gloria llegó y hoy se disfruta. Es el máximo galardón del fútbol regional que nos hace trascender de manera nacional.
Festejamos y festejamos, nos emocionamos hasta las lágrimas, nos abrazamos, ovacionamos… nos sentimos plenos de felicidad gracias a esta Alianza.
Se disfrutara cientos de veces y por siempre… se jugó el gran partido y al día siguiente el reconocimiento en la calle de su pueblo. Sí, al lado del trabajo cotidiano, ese que va a la par de la gran pasión que es el fútbol. El Seba Airaudo repartiendo el pan y firmando autógrafos ¿lo imaginaste alguna vez? No, pero es así, ese es el fútbol, eso logró Alianza.
Todos volvieron con esa humildad, pero con el corazón grande, a caminar las calles del pueblo, al trabajo diario… a la panadería, al resto bar, al camión, al frigorífico y demás.
Claro, hay que seguir laburando, porque estos grosos no son como los de aquel equipo de Avellaneda, no, para nada, por eso se hicieron respetar por su rival, porque son grandes. Son únicos, después del gran partido, el soñado, la vida sigue, aunque de otra manera y llenos de felicidad. Hoy son nuestros ídolos, esos que viven a la vuelta de casa y son reconocidos. Claro, son nuestros verdaderos campeones y ejemplos de chicos y grandes. Nos demostraron que nadie es más que otro, que todos somos iguales y si tenemos oportunidades difícilmente las vamos a desaprovechar, porque por sobre todas las cosas hay humildad y en este caso a la página más importante de la historia la escribieron los humildes, con poca historia pero con garra, esa garra que está siempre en nuestro fútbol chacarero, el que tiene mucho de juego pero por sobre todo mucho sentimiento, como el del Cordero Zalazar, que está analizando si deja el fútbol y emocionado a la vez, dice “Qué lío que hicimos, esto le hace bien a la Alianza y le hace bien al pueblo”.
Gracias, muchas gracias, esto nos hace bien a todos, porque hay valores, hay humildad, hay sentimiento y hay pasión.
FUENTE: (César Berardo) - (http://www.puntal.com.ar).-
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