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lunes, 15 de abril de 2013

FÚTBOL: TORNEO ARGENTINO "B": ESTUDIANTES: Otro año para olvidar FUENTE y FOTO: (Nicolás Russo - www.puntal.com.ar).-

El objetivo lejos estuvo de cumplirse. De soñar con el ascenso a quedar eliminado en la primera fase. Estudiantes dejó pasar una nueva chance. Errores que se repiten y otra vez a empezar de cero.- 
Había mucha ilusión y existían motivos para tenerla. El cambio dirigencial, y la llegada a la presidencia de un hombre con un buen respaldo económico, hacían presagiar que para Estudiantes sería un año diferente.
El Torneo Argentino B lo recibía como uno de los grandes candidatos. La primera decisión que tomó Roberto Gualtieri y su comisión directiva fue ratificar a Cristian Domizi en el cargo. A partir de ahí, y con una celeridad inusitada, empezaron a llegar los refuerzos. No fueron dos, tres o cuatro; fueron ni más ni menos que doce.
El número sorprendió porque el plantel había sufrido bajas pero no demasiadas, aunque muchos veían con buenos ojos contar con un equipo con recambio. Pero era evidente que, de esa pila de refuerzos, no todos estarían a la altura de las circunstancias. Primer error dirigencial.
La misión ascenso arrancó con altibajos y Estudiantes debió esperar hasta la quinta fecha para cantar victoria. Domizi, que siempre fue mirado con recelo por el hincha, ya empezaba a ser el blanco de gran parte de las críticas.
Llegaron tres éxitos en cadena y la calma parecía retornar a la Avenida España. Pero esa imagen auspiciosa duró muy poquito. Dos derrotas seguidas y el ciclo del “Pájaro”, tras casi una temporada y media, llegaba a su fin.
En el interinato de la dupla Ricardo Sevila y el “Chepe” Flores Estudiantes ganó uno, empató otro y perdió el restante. Los dirigentes ya habían puesto manos a la obra para elegir al sucesor de Domizi y finalmente la responsabilidad recayó en Germán Martellotto, un ignoto para muchos pero que llegaba con el visto bueno de un viejo conocido como Hugo Mattea.
Empate en el debut (de visitante ante Gimnasia) y la primera rueda que ya era historia. Más que para recargar energías, el receso sirvió para que el éxodo de jugadores no cesara. Barrios Suárez, Albiñana, Alí, Collimedaglia y Fernández armaron las valijas. Y el sexto, en plenos trabajos de pretemporada, fue ni más ni menos que Aimar, máximo referente del equipo.
Panorama difícil para Martellotto y segundo error dirigencial, porque se desprendieron de muchos jugadores (más allá que algunos nunca tendrían que haber llegado) y cuando había que elegir dos buenos refuerzos para seguir en la pelea no lo hicieron o tardaron más de la cuenta. ¿Casualidad o causalidad?
Por lo bajo se rumoreaba que el objetivo había cambiado. Ya no se hablaba firmemente de ascenso, sí de afrontar el resto de la competencia intentando dar pelea y empezar a darle mayor rodaje a los juveniles. Pero las lesiones, algunas de ellas muy graves, y las continuas suspensiones siguieron haciendo mella en un plantel numéricamente inferior al del comienzo.
El segundo tramo de la fase clasificatoria arrancó bien (triunfo de visitante sobre Gutiérrez) pero siguió mal (un punto sobre quince posibles con apenas un gol a favor). Esa seguidilla adversa dejó a Estudiantes cerca de la zona de descenso, algo que ni el más pesimista de los pesimistas hubiese imaginado.
El quiebre llegó en la vigésima fecha ante San Martín. Allí el equipo remontó un 0-2 (en ese momento la continuidad de Martellotto pendía de un hilo) y terminó ganando un partido clave que representó una inyección anímica vital.
La irregularidad de la mayoría de los equipos de la Zona 3, y la buena racha que hilvanó, le permitió a Estudiantes llegar a la última fecha con alguna que otra chance de clasificar, algo que no sucedió porque no cumplió su parte y tampoco se vio beneficiado por otros resultados que necesitaba.
Las estadísticas dirán que ganó nueve partidos, perdió la misma cantidad y empató ocho, consiguiendo una efectividad del 44,87%. Culminó su participación en la sexta posición (sobre catorce equipos), a cuatro puntos de la zona de clasificación y a seis de los puestos de descenso.
Estudiantes otra vez quedó en deuda y terminó la temporada bastante antes de lo previsto. Dio un paso atrás en relación a la anterior campaña, donde al menos había clasificado a la segunda instancia. Esta vez no pudo ser y el fracaso se apoderó de la escena.
Las responsabilidades son compartidas. Será cuestión de dejar que el tiempo pase para volver a poner manos a la obra, entendiendo que los errores recurrentes de las últimas temporadas no se pueden cometer más.
¿Estará Martellotto en el banco allá por septiembre? Cuando llegó se hablaba de un proceso a largo plazo y de promover juveniles. Lo hizo. Pero también se habló de ascenso, algo muy lejano a lo que sucedió. ¿Volverá Hugo Mattea, el técnico más exitoso de los últimos tiempos?
En relación al plantel, y con la eliminación todavía fresca, resulta prematuro dilucidar quiénes se quedarán y quiénes no. De los refuerzos que permanecieron se presume que no serán muchos los que seguirán. El arquero es también una incógnita. Tampoco se sabe qué ocurrirá con algunos de los históricos del club. Muchos interrogantes que sólo el tiempo se encargará de resolver.
En medio de los jugadores, el técnico y los dirigentes está el hincha, un hincha que recuperó la ilusión pero que no tardó en poner los pies sobre la tierra. Tal vez el descenso del clásico rival haya sido el único motivo para esbozar una sonrisa. Pero eso fue una desgracia ajena y nada más que eso. Apenas un premio consuelo si se quiere
La posibilidad de formar parte nuevamente del Torneo Argentino A, y de ver un estadio “Ciudad de Río Cuarto” con otra concurrencia, por ahora deberá esperar. Estudiantes volvió a cometer errores del pasado. Intentó armar un “dream team” y terminaron jugando muchos de los chicos del club. Como si se tratara de un déjà vu.
Fue otro año para olvidar. Ahora es el momento del balance. De barajar y dar de nuevo. Reorganizarse en base a esta última experiencia deportiva y la primera de esta novel dirigencia. Con fundamentos e ideas claras el crecimiento es posible. Estudiantes no puede conformarse con esto y debe permitirse soñar con algo más. Su historia así lo indica.

FUENTE y FOTO: (Nicolás Russo - www.puntal.com.ar).-

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