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martes, 30 de abril de 2013

FÚTBOL: Borghello, una basurita en el ojo para Belgrano

Miralo a este. Borghello termina su largo festejo del gol. Farré lo mira con cara de pocos amigos. “El Memo” se dio el gusto de volver a festejar ante el Pirata. Pese a la bronca, la derrota no tuvo grandes implicancias en Alberdi. // Foto: Sergio CejasEs como una basurita en el ojo. O como una piedra en el zapato. Nadie piensa que la molestia puede ser grande ni definitiva, hasta que se torna insoportable. Algo así es All Boys.
Para un Belgrano que ha derribado mitos y se ha sacado varias espinas desde que mandó a River a la B, el Albo de Floresta sigue siendo una complicación. De hecho, sigue sin poder derrotarlo desde que volvió a Primera. Y eso que, entre los 20 clubes de la elite de nuestro fútbol, todos sufrieron al Pirata. Todos, excepto All Boys y Argentinos Juniors.
Ayer, los de José “Pepe” Romero se impusieron con lo justo en Alberdi: 1-0. La derrota no tuvo para Belgrano ninguna implicancia extraordinaria, ni mucho menos.
Es más: mantiene los 10 puntos de diferencia sobre San Lorenzo, el primero en quedarse fuera de la Copa Sudamericana, según la tabla general de la temporada. Sin embargo, el gol de Iván Borghello no le trajo buenos recuerdos a la feligresía celeste, que ayer, como siempre, le dio un marco espectacular al Gigante.
Buena memoria
Para entender el “deja vu” hay que remontarse a aquella tarde del 3 de noviembre del 2007, cuando Belgrano recibió a Talleres en un Chateau teñido de celeste, ya que sólo se permitía público local. Y la “T”, que hacía más de un año que no ganaba como visitante, se llevó el partido por 1-0, con gol de... Borghello.
Ayer, “el Memo” pasó inadvertido en la primera pelota que tocó. Pero, a partir de la segunda, una estruendosa silbatina acompañó cada una de sus intervenciones. Quizá por eso, cuando llegó su momento, el delantero sintió que tenía licencia para descargarse y festejar el gol con desparpajo.- 
“Para mí, (el gol) tiene un significado muy fuerte por la vinculación que ya todos conocen. Pido disculpas por si ofendí a alguien. Me voy con un sabor muy dulce”, dijo Borghello cuando se retiraba del estadio, un rato largo después de finalizado el partido.
Después de meter un cabezazo letal, que dejó sin chances a Juan Carlos Olave, Borghello buscó la pelota y la escondió debajo de la camiseta, como una panza. “Se lo dediqué a mi mujer, que nos acabamos de enterar que está embarazada; también a mi hija y... (hace una pausa) también”, declaró después. No hizo falta aclarar que la pausa reemplazó a lo que el goleador no quiso mencionar: Talleres y su gente.
Curiosamente, hace cinco años y medio Borghello había celebrado aquel gol en el Chateau de la misma manera, como preanuncio de la llegada de Mía, su primogénita.
Pero, ayer, el festejo del gol no se extinguió ahí. Ante las cámaras, Borghello hizo el gesto de “silencio” y, después, “dibujó” una letra “T” con las manos. El árbitro, Fernando Rapallini, lo amonestó y no estuvo lejos de mostrarle la tarjeta roja por festejo desmedido.
Volver a las fuentes
Para Belgrano, el gol y la derrota fueron una anécdota. El equipo se fue aplaudido, como en tantas otras tardes o noches en las que el resultado sí acompañó. Esta claro que no se jugó bien y que se equivocaron los caminos. La “B” quiso cambiar golpe por golpe, y ese es un terreno en el que no siempre se desenvuelve bien.
Lo cierto es que este presente cómodo de Belgrano en Primera, en el que las derrotas son excepciones, le permite perder sin que eso implique absolutamente nada. Por eso la tranquilidad de todos, aunque la “B” no deberá demorarse en volver a sumar para que la Copa Sudamericana deje de ser sólo un sueño.- 
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (Sergio Cejas).- 


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