Ricardo Bochini, máximo ídolo de Independiente de todos los tiempos, aseguró que el descenso del Rojo de Avellaneda es consecuencia de una larga sucesión de desaciertos, y que desde hace rato “se veía venir”.
Admite sentir enojo e impotencia por su escasa influencia en las decisiones deportivas que se tomaron en los últimos tiempos, a pesar de ostentar el cargo de asesor. Y reconoce que el sábado pasado se le piantó un lagrimón en el Estadio Libertadores de América, cuando el elenco que dirige Miguel Brindisi cayó 1-0 con San Lorenzo y quedó condenado a la B Nacional.
“No iba a ir a la cancha, pero finalmente me decidí y estuve en mi palco con los dos pibes míos, que son hinchas del club, y con unos amigos. Había una mínima chance, pero no hubo caso. Independiente jugó muy mal y así, por más que perdieran los otros equipos que estaban complicados, era muy difícil que se salvara”, afirmó “el Bocha”.
–¿Fue un final anunciado?
–El asunto ya se había complicado con los triunfos de Quilmes y San Martín, el empate de Argentinos Juniors, y nuestra derrota ante River. Creo que ahí se definió todo esto. El 0-1 contra San Lorenzo simplemente confirmó lo que ya se presagiaba, que Independiente se iría a la B.
–¿Quiénes son los responsables?
–La anterior dirigencia, en un 75 por ciento; y la actual conducción, en el restante 25 por ciento. (Javier) Cantero se equivocó en el armado del último plantel, pero (Julio) Comparada fue quien dejó todo el desastre económico y futbolístico.
–¿Defraudó el equipo que se armó para esta temporada?
–Independiente no tenía un gran plantel, pero había otra expectativa porque los demás tampoco eran gran cosa. Tampoco tenía que ser campeón; debía hacer una campaña de mitad de tabla para arriba.
–Como hombre cercano a la actual conducción, ¿se reprocha algo?
–No me reprocho nada. Siento impotencia porque esto se veía venir y yo no tenía influencia en nada. Hablé mucho con Cantero, pero no decidí la llegada de ningún jugador o DT. (Américo) Gallego me gustaba, como le gustaba a toda la gente del club, pero yo dije que lo trajeran antes, no cuando ya estaba armado el plantel con Cristian Díaz.
–¿Qué le pareció la reacción de los hinchas luego del descenso?
–Con excepción de la barrabrava, la gente de Independiente es tranquila. Puede insultar o amargarse, pero nada más. La reacción fue buena; haciendo lío no vas a recuperar la categoría. Ahora la directiva debe armar un equipo para volver rápido. Hay muchos que no rindieron y deben irse. Van a tener que traer 10 o 12 jugadores nuevos para pelear arriba en el Nacional B. Pero si se vuelven a equivocar, Independiente no volverá rápido a Primera.
–¿Debe seguir Brindisi?
–Creo que él vino con la idea de quedarse. Los dirigentes le hicieron contrato hasta 2014 y se lo tiene que respetar, al menos hasta ver cómo arranca el campeonato que viene.
–¿Se le escapó una lágrima por esta realidad de Independiente?
–Cuando estaba en la cancha, sí. La gente empezó a cantar que éste es el equipo de las copas ganadas y me sentí emocionado. En ese momento uno recordó todo lo que vivió en esa cancha, y verlo así... Pero un poco me lo veía venir, y también estaba enojado con los dirigentes, que no me dieron chance de ayudarlos.
–¿Está alejado de la dirigencia?
–No alejado, pero sí algo desilusionado. Me contrataron como asesor, pero nunca me dieron cabida. Si me hubiera equivocado, lo diría y me haría cargo, pero no tuve decisión.-
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar).-
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