La Academia se impuso como local 2-1 en un final infartante. El plantel recibió una oferta de pago y jugó el primer equipo.-
Dicen que después de sufrir tanto se saborea más la felicidad. Y vaya si lo sabrá ese puñado de camisetas albicelestes que festejó al final la victoria lograda anoche cuando expiraba el juego. Nada es más exacto que decir por estos días que Racing sufre dentro y fuera de la cancha.
Un plantel que padece las falencias dirigenciales, las diferencias internas entre los distintos sectores políticos del club y las disputas absurdas por una mísera porción de poder. En medio de todo eso están los jugadores, que vaya usted a saber hace cuanto no reciben un peso para vivir, pero que deben rendir todos los domingos ante un público que les exige, pero que los comprende a tal punto que hace empanadas para vender y le da lo recaudado. En medio de promesas de pago y juramentos efímeros de conseguir el dinero, el plantel mantenía la decisión de no jugar al mediodía de ayer ya que no aparecía la plata. Pero con el correr de las horas el diálogo con gente allegada, que los jugadores consideró serio, les hizo cambiar de opinión y al final decidieron jugar.
No es fácil para un jugador, en este caso de Racing, vivir con todos los problemas de estos días y salir con plena lucidez a jugar el partido. Pero la Academia se las arregló para asumir el protagonismo del juego e ir acumulando de a poco los méritos para quedarse con los tres puntos, pero no podía ser todo tan fácil, tenía que sufrir también dentro de la cancha.
Después de haber sumado varias situaciones propicias para ponerse en ventaja y por ende manejar el juego con tranquilidad, Racing empezó a ver que el partido se moría y los goles no llegaban. Para colmo de males, Ricardo Granillo aprovechó un contragolpe y sacó una ventaja inmerecida para el conjunto riojano y un par de minutos después perdió a Leandro Beterette por doble amarilla.
Las minutos finales fueron infartantes. A los 43 minutos, Vezzani ejecutó un tiro libre que alcanzó a peinar Trejo para establecer el empate y a los 47 Rodrigo Pavón aprovechó un rebote y la clavó en un ángulo para establecer la merecida victoria. Dicen que el fútbol se nutre de resultados y no de merecimientos, pero si hay alguien que se merecía un triunfo para mitigar los padecimientos, esos son los jugadores de Racing, que además no se merecen tanto manoseo.-
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (Twitter oficial de Racing).-
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