"Pero también es cierto que en este tiempo sufrimos un montón de alteraciones y uno no está preparado para hacerse cargo de la vida institucional del club", argumentó.
En este punto insistió Saja al remarcar que cuando "hay estabilidad uno puede hacer mejor su trabajo. Aunque eso no implica que nos estemos quitando ninguna responsabilidad de encima".
"Pero así como nos hubiera gustado que Zubeldía e Ischia estuvieran mucho tiempo con nosotros, ahora también queremos lo mismo para (Reinaldo) Merlo. Lo primero que hizo cuando llegó fue bajarnos un mensaje de tranquilidad", puntualizó.
"Y es verdad también que los dos últimos triunfos ayudaron a mejorar un poco el clima, pero no podemos quedarnos solamente con eso. Todavía tenemos la posibilidad de cambiar un poco la imagen de acá a que termine el campeonato. De todas formas, nunca serán las cosas como hubiésemos querido", admitió.
El ex guardavallas de San Lorenzo es el máximo referente hacia dentro y hacia fuera que tienen el plantel "académico" y por lo tanto sabe que tiene que manejarse con tanta prudencia como "timming".
"Como capitán tengo muchas veces la necesidad de enviar un mensaje a la gente y a los periodistas. Eso hice últimamente, reflejando lo bien que trabajábamos en la semana durante los entrenamientos, pero resulta que después eso no tenía su correlato en la cancha", admitió.
"Para mí más que para nadie fue muy especial, por caso, que Ignacio González fuera nuestro entrenador, aunque sea por un partido. Es que al ser entrenador de arqueros él tenía una relación muy especial conmigo. `Nacho` quiere empezar su carrera como técnico y seguro que le va a ir muy bien", vaticinó.
La amplia brecha generacional que existe en el plantel racinguista, con casi una década de diferencia entre los grupos más marcados de juveniles y experimentados, ofrece para Saja un costado muy interesante.
"El grupo está repartido entre chicos de 20 años y nosotros, los de más de 30. Sin embargo esa diferencia pudo zanjarse muy bien por mérito exclusivo de ellos, ya que son todos muy profesionales", destacó.
"Los pibes son los primeros en llegar a los entrenamientos y están siempre de buen humor. A veces nos cargan a nosotros por la edad, pero nosotros les retrucamos con la experiencia", sostuvo en tono jocoso.
La llegada forzada a la presidencia de Víctor Blanco tras el compulsivo alejamiento de Gastón Cogorno y su vice, Rodolfo Molina, también arrastró al director deportivo, Roberto Ayala.
"Para mí es muy útil y me gusta la función de un director deportivo para el club, aunque en Argentina no todos los aceptan. Pero para ejercer ese cargo hay que saber y capacitarse. Yo estuve bastante tiempo jugando en Europa y allá la tarea del manager es vital", apuntó.
Saja aceptó finalmente que después de tantos cambios como el mencionado "el grupo está en un proceso de adaptación a la dirigencia y al nuevo técnico. Y el objetivo principal es recuperar la confianza", resaltó.-
FUENTE: (http://www.telam.com.ar).-
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