Era su debut competitivo en esta temporada 2018 con miras a los 42K de Londres de aril próximo pero una lesión lo dejó afuera cinco minutos antes de la señal de partida. El bicampeón olímpico británico de origen somalí Mo Farah no compitió debido a las molestias que sintió en el tendón de Aquiles durante la entrada en calor del Medio Maratón de Doha en Qatar donde triunfaron el atleta keniata Alex Kibet y su par estadounidense Allie Kieffer con sendos récords del circuito.
Líder de un podio donde todos sus integrantes bajaron la marca mínima de 1h04m30s exigida para clasificar al campeonato mundial de medio maratón que disputará el 24 de marzo en las calles españolas de Valencia, Alex Kibet corrió los 21 kilómetros en 1h01m53s superando por catorce segundos a su compatriota Bernard Korir mientras el británico Chris Thompson arribó tercero con 1h03m03s.
Gracias a cronometrar 1h10m40s que constituye la mejor marca femenina en la historia de estos 21K, Allie Kieffer se llevó la victoria en esta jornada donde también se realizó un maratón en el que se impuso Chebii Collins Kiptarus con 2h16m22s entre los hombres tal como la inglesa Rokhsareh Ramezani lo hizo entre las mujeres con 2h24m06s.
A sus 34 años, con 65 kilos en 1,75 de altura, Mo Farah ahora retornará a Londres -donde vive junto a su esposa Tania Nell, sus hijos gemelos Aisha y Amani de cuatro años y Husseis de dos, más Rhianna, fruto de una pareja anterior- para realizar un tratamiento médico con rehabilitación kinesiológica.
En noviembre pasado, Mo Farah se alejó del equipo Nike Oregon Project rompiendo todo vínculo con el entrenador cubano norteamericano Alberto Salazar, un múltiple ganador del Maratón de Nueva York devenido en formador de grandes figuras del running que está siendo investigado por la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos a raíz de las sospechas de promover el uso de sustancias ilícitas para mejorar el rendimiento deportivo.
Desde esta temporada 2018, Farah realiza un entrenamiento específico para 42 kilómetros, enfocado en el Maratón de Londres bajo la supervisión técnica de Gray Lough, esposo de la ya retirada atleta olímpica británica Paula Radcliffe a quien guió convirtió en campeona mundial llevándola a establecer el récord femenino global absoluto de los 42K con 2h15m.
FUENTE: (http://www.eldepornauta.com.ar).-
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