Minutos después de las 21.30, y como si fuera un pasajero más, Diego Armando Maradona atravesó la puerta de la sala de arribos del Aeropuerto Internacional Córdoba, a donde llegó para disputar este jueves un amistoso a beneficio en Río Tercero.
Aunque no hubo más de 50 personas y un puñado de periodistas que lo esperaban, el arribo del excampeón del mundo no careció de los clásicos empujones y gritos en medio de un tumulto por momentos descontrolado.
Así recorrió unos 40 metros hasta un colectivo al que subieron no más de diez personas, incluido el “Negro” Enrique, que se dirigieron a pernoctar en un hotel de Almafuerte, según se informó.
“Ustedes no me pegan y yo no les pego”, advirtió un lúcido y tranquilo Maradona ni bien vio venir los primeros micrófonos y las luces de las cámaras. Su humor se tensó al tiempo que sus guardaespaldas no podían controlar el acoso de los fanáticos.
“No me importa”, respondió cuando un periodista le preguntó qué opinaba por la continuidad de Alejandro Sabella en la selección. “De esas cosas no hablo”, lo cortó a otro cuando le consultó sobre su ex Rocío Oliva.
Una vez arriba del ómnibus, desde la puerta, se detuvo a firmar autógrafos y camisetas. Allí lució mucho más distendido y de mejor humor.
“¡Mirá, Diego, esta es la de Boca del ’81!”, le gritó un fanático Xeneize, a lo que Maradona respondió con una sonrisa.
“Maradona es más grande que Pelé”, se entonó antes de que el astro se ubicara en una de las butacas.-
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (Martin Baez).-
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