Batió una plusmarca global dando una brazada tras otra sin detenerse a lo largo de todo un día. A sus veintiséis años, la joven alemana Vera Niemeyer estableció un nuevo récord mundial Guinness de natación al completar 96,3 kilómetros en veinticuatro horas ininterrumpidas en una pileta.
Como parte de un torneo de natación de 24 horas en pileta larga celebrado en la localidad germana de Meiningen, Vera Niemeyer mejoró casi setecientos metros el récord anterior que se mantuvo inquebrantable durante una década desde que, a fines de junio de 1997, su par australiana Kelly Driffeld nadó 95,6 kilómetros durante todo un día en una piscina de cincuenta metros de largo en el complejo acuático aussie Mingara Leisure Centre de Tumbi Umbi.
Como forma de crear las condiciones más favorables posibles para conseguir esta proeza deportiva, los organizadores del certamen regularon la temperatura de la pileta según los requerimientos y necesidades de Vera Niemeyer, quien optó por sentir un poco de frío al inicio hasta ir subiendo unos grados hasta la noche cuando ya el agua estaba cálida.
También se implementó un doble sistema de conteo de vueltas al mismo tiempo que toda su actuación fue filmada de inicio a fin para generar certerza absoluta sobre esta hazaña.
El actual récord mundial masculino absoluto de 24 horas de natación en pileta larga permanece desde 1997 en poder del australiano Grant Robinson gracias a sus 101,1 kilómetros mientras, en piscina corta de 25 metros, la plusmarca globa continúa siendo propiedad privada del sueco Anders Forvass con sus 101,9 kilómetros que alcanzó en octubre de 1989.
Más cercano en el tiempo, a mediados de febrero pasado, el ultrafondista Sebastian Karas estableció el nuevo récord polaco de natación en 24 horas ininterrumpidas al completar 97 kilómetros dando vueltas en una pileta de veinticinco metros de largo.
Alentado por familiares y amigos que se fueron turnando al borde de la pileta a lo largo de todo un día, Sebastian Karas nadó en todo momento con unos auriculares sumergibles que le permitieron distraerse escuchando música e incluso, en algunos tramos, con un audiolibro.
Además del cansancio, Sebastian Karas también tuvo que batallar contra el sueño al que doblegó gracias a ingerir pastillas de cafeína durante las últimas diez horas de esta proeza deportiva que le dejó malestares estomales e inconvenientes en la vista.
FUENTE: (http://www.eldepornauta.com.ar).-
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