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En su misiva, la FINA expuso su disconformismo por la falta de techo que cubra del sol a los competidores de nado sincronizado, saltos ornamentales y water-polo. Además, denostó la capacidad del estadio de la pileta principal cuyas tribunas albergarán un máximo de 13.000 espectadores, 4.000 menos que en el mítico Cubo de Agua construido para Beijing 2008.
“Nuestras instalaciones no son comparables con las de China, jamás alcanzaremos ese grado de lujo porque todo ese implica gastar aún más millones de dólares y nuestro gobierno no puede despilfarrar el dinero de los contribuyentes, las medidas actuales siempre fueron puestas en conocimiento de la FINA, se trata de una instalación momentanea cuya obra ya se concluyó en un 90% de lo previsto”; afirmó Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro en declaraciones publicadas por la agencia de noticias AFP.
Sin embargo, el presidente de la FINA, el odontólogo uruguayo Julio Maglione, sostuvo que el gobierno carioca no cumplió los requerimientos acordados para estos Juegos Olímpicos y así afectará negativamente la seguridad de los atletas que podrían sufrir perjuicios en el desempeño deportivo como en su salud debido a la contaminación del agua en Copacabana.
Más allá de la estructura de las obras, la gran controversia gira en torno a la calidad del agua en las playas de Copacabana como en la Bahía de Guanabara y la laguna Rodrigo de Freitas donde se llevarán a cabo las pruebas de vela, canotaje y remo. Una decena de especialistas de diferentes países consideraron que se trata de aguas que superan los índices máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud OMS.
FUENTE: (http://www.eldepornauta.com.ar).-
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