Se habla mucho, se hace poco. Combatir a la violencia ha sido una cruzada que generó iniciativas siempre neutralizadas. ¿Habrá una salida?.-Luego de la vergüenza ocurrida el jueves 14 en la Bombonera, Marcelo Gallardo tomó la voz cantante de River y en conferencia de prensa dijo: “El fútbol se está muriendo de a poco”.
La frase en boca del protagonista siempre tiene un efecto mayor. Pero la repercusión alcanzó sólo al ámbito de la reflexión y del asombro. Como aquel requerimiento que la hacían sobre la salud de los jugadores que hacía un ratito habían sido rociados con el gas pimienta. “¿A mí me preguntan qué hacer? No se puede seguir”, alcanzó a balbucear el DT ante las autoridades de la policía, la Conmebol y el juez Darío Herrera que buscaban a “un responsable”. A alguien a quién echarle la culpa de la suspensión.
La sociedad futbolística no necesita que un protagonista le detalle, cuál si fuera un periodista, el diagnóstico de lo que todos saben. Ni mucho menos que los que tienen que tomar decisiones necesiten de chivos expiatorios para asumir sus responsabilidades. Como el caso de Gallardo o de la voz del estadio, que comunicó la suspensión. Lo que se requiere son soluciones, de quienes tienen el poder para hacerlo. Cada vez que sucede un hecho que sensibiliza a la sociedad en general, siempre aparece un problema para cada solución.-
Medidas en deuda
La muerte de Emanuel Ortega generó una pesar profundo. Sin embargo, lo que pareció ser una solución al alcance de la mano –achicar los campos de juego para que los muros perimetrales estuvieran más alejados–, no tuvo un efecto uniforme. Sólo la cancha de San Martín de Burzaco, donde jugaba el volante, y algunas de la de la Liga cordobesa avanzaron con esa iniciativa. Si con una medida tan simple no hubo acuerdo, qué queda para cuestiones profundas.
La suspensión volvió a aplicarse en el caso de la muerte de Cristian Gómez. Pero al luto que determina, le debe seguir una decisión política-deportiva-social de clausurarla. Y entender que no será automática. Y más cuando la violencia proviene de adentro, como sucedió en Godoy Cruz-Belgrano, donde además de los incidentes entre futbolistas, se dieron hechos repudiables como la agresión de la Policía a la delegación celeste y la presencia de “neutrales”.
Todo en medio de la conmoción por las muertes de dos jóvenes jugadores y de lo sucedido en la Bombonera. Los jugadores y el DT de Boca, queriendo continuar el juego; los de River festejando su clasificación en el escritorio.-
“Yo hubiera hecho lo mismo. Trataría de sacar ventaja”, admitió Gorosito, DT de Argentinos. Y eso que son los que tienen que dar el ejemplo.-
Y sobre las barras, vaya un textual de un dirigente de AFA. “Están en los clubes. Son empleados. Acro, muerto en la interna de ‘los Borrachos del Tablón’, era empleado de River. ¿Las cámaras de seguridad? Ja. En la apretada a Pezzota con Belgrano, llegaron a la sala de control y dieron vuelta la cámara que apuntaba al vestuario del juez. En Boca y en 20 clubes más pasa lo mismo. Jamás podrá aplicársele la admisión porque entran a los clubes. Pueden entrar cualquier cosa. Ellos te dicen que controlan tribunas de 12 mil personas. O si no, son representantes de tus jugadores. Al menos de uno. Lo otro es más conocido. De lunes a viernes son gremialistas, punteros, controlan villas”, dijo la fuente.
“La Policía dice que el club lo debe aplicar y nosotros, los directivos decimos que deben ser ellos porque para eso les pagamos. Nadie los va a señalar porque están adentro. Es un círculo vicioso”, cerró el directivo.
El combo determina el jaque, ¿será posible una salida?
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (Sergio Cejas).-
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