Estudiantes se despidió del sueño de ascenso. 9 de Julio lo sorprendió y torció una historia que la había sido desfavorable en la ida. Fue victoria 2 a 0.-Fue el final menos esperado. Pocos, muy pocos, hubiesen imaginado el desenlace que se suscitó ayer en el estadio “Ciudad de Río Cuarto”. El dolor por otra chance perdida. Estudiantes y toda la desazón porque el sueño de ascenso una vez más se esfumó.
9 de Julio llegó como punto y terminó siendo banca. Lo sorprendió una y dos veces. Torció una historia que le había sido desfavorable en la ida y sacó boleto para definir el ascenso al Torneo Federal A con Racing de Córdoba.
Un equipo desconocido. Nervioso y timorato a la vez. Así lució el “celeste” en su despedida y perdió el partido que no debía perder, ni más ni menos que el primero de local en la presente temporada.
Estudiantes y un comienzo con dudas, algo parecido a lo que le había ocurrido en la revancha ante Atlético San Jorge. Las imprecisiones fueron una constante en un arranque donde 9 de Julio, con poco, lució mejor.
Al equipo de Ricardo Dillon todo se le hacía cuesta arriba porque lucía inconexo. Las sociedades no prosperaban y los espacios entre las líneas eran abismales. Atacaba mal y en el retroceso siempre quedaba en desventaja numérica.
Con ese panorama, el conjunto de Morteros empezó a animarse y buscar ese gol que necesitaba obligadamente. Carballo avisó en dos oportunidades, pero en la primera Peralta le ahogó el grito y en la segunda lo tapó Foglia.
Sólo algunas aproximaciones y no más que eso. Un leve predominio del rival, más allá que en los últimos quince, con Lucero imponiendo su juego por el sector izquierdo, Estudiantes empezó a equiparar las acciones.
Un primer tiempo chato. Poco para destacar y tal vez lo más importante, y preocupante a la vez, fue la lesión de Nicolás Foglia, que debió dejar la cancha con un fuerte dolor en el aductor de la pierna izquierda.
El inicio del complemento mostró la misma versión tímida que el “celeste” tuvo en la etapa inicial. La mitad de la cancha seguía siendo una zona de libre tránsito y tanto a Quiroga como a Barreto se le complicaba cuando el esférico pasaba por los pies de González.
En la búsqueda de variantes, Dillon mandó a cancha a Dopazo y sacó a Garraza. Pero al ratito llegó el baldazo de agua fría, porque Estudiantes marcó mal en el fondo, Carballo le ganó en las alturas a Scoponi y puso el sorpresivo 1 a 0.
Empezaba otro partido. Con más de cuarenta minutos por delante, había que ver cómo Estudiantes se reponía al golpe recibido. Dillon agotó el último cambio que le quedaba y Lucero, ya sin tanto ida y vuelta, le dejó su lugar a Flordelmundo.
En ese pasaje se vio lo mejor del “celeste”, que fue y fue y miraba cada vez más de cerca el arco de Ruffini. Criterioso lo de Dopazo y lo de Colazo. Por izquierda, Flordelmundo ganaba reiteradamente.
Pero en esa desesperación de alcanzar la igualdad, Estudiantes dejó muchos huecos entre sus líneas y 9 de Julio no lo perdonó. Primero lo tuvo González pero definió mal. Y unos instantes después, Quiroga salió mal, Leichner se la robó y el ingresado Peralta, tras un disparo fallido de Carballo, puso el 2 a 0.
Bocas abiertas y toda la desazón a cuestas. Con el corazón en la mano, pero sin ideas, el equipo de Dillon buscó la igualdad, pero no se pudo reponer de ese certero golpe recibido. Y la desilusión llegó cuando Bottoni sentenció el final.
Fue el final menos esperado. Ni el más pesimista de los pesimistas hubiese imaginado este desenlace. Estudiantes y una nueva chance perdida. El sueño de ascenso se derrumbó de la misma forma en que sea un castillo de naipes. La tristeza no tiene fin.
FUENTE: (Nicolás Russo) - (http://www.puntal.com.ar).-
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