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lunes, 2 de febrero de 2015

FÚTBOL: “El Tío”, masajista de Talleres, llegó a las 60 pretemporadas - FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (Sergio Cejas).-

Lorenzo Coronel cumple su sexagésima pretemporada trabajando en un plantel profesional. Lleva 30 años desentumeciendo piernas, primero en Racing y luego en la “T”.-
Por Javier Flores:
Siempre con la sonrisa a flor de labios y una broma para gastar, “el Tío Lorenzo” afirma, jura y perjura que ya son 60. No sus años de vida, para los que le faltan cuatro y chirolas, sino las pretemporadas que lleva como masajista, cuando en 1985 arrancó en Racing de Nueva Italia, club en el que masajeó piernas y músculo hasta 2006. Es que el corazón de Lorenzo Coronel (55), una parte del paisaje de Talleres desde 2007, año en el que se sumó al club, tiene un ventrículo pintado de albiceleste y otro de albiazul.
Cuando Mundo D fue el pasado miércoles al predio de Colón, en Santa Fe, a cubrir la pretemporada del plantel conducido por Kudelka, fue su cabeza pelada la primera que irrumpió en escena, como en cada entrenamiento en la Boutique, en el predio Nuccetelli o en la Agec.
Tiró la data y dejó la pelota picando para la nota que de cajón se vendría. “¿Che, ‘Loro’, seguro que ya son 60? ¿No te estás agregando alguna pretemporada más para meterte en el Libro de Récords Guiness?”.-
No, son 60, las tengo bien contadas. Imaginate, fueron casi 21 años en Racing y voy para nueve en Talleres”, responde y abre el juego para la nota.-
–¿Cuáles fueron los planteles que más te marcaron en tantas pretemporadas?
–El del “Negro” (Juan Manuel) Ramos del ‘99, ese equipo que ascendió al Nacional B con jugadores como “el Beto” Urbani, Ariel Juárez, “Maxi” Salas. Y el que ascendimos con Talleres en el 2013 frente a San Jorge, un grupo bárbaro de jugadores y personas, como aquel de Racing. Viví momentos inolvidables. A “Maxi” lo veo siempre en el club y con otros, como (Julián) Maidana y el “Colorado” Lussenhoff, nos hablamos.
–Difícil olvidar al plantel del 2013. El principal recuerdo te quedó en la cabeza.
–Claro, ja, ja. “Maxi” Velasco me había dicho que si hacía un gol y ascendíamos, en el vestuario me iba a pelar. Y fue así nomás, me estaba esperando con (Diego) Chitzoff y me raparon.
–Aún hoy está en el vestuario la virgencita que te acompañó en ese ascenso.
–La Virgen de Luján siempre nos acompaña. Me la regaló “Humbertito” Grondona en el 2011 y desde entonces nos protege, en las malas y en la buenas. Soy muy creyente.
–Hablando de malas y buenas... ¿cambiará la suerte ahora que el club está en una etapa nueva y distinta?
–La verdad es que uno se ha acostumbrado más a las malas que a las buenas. Pero ahora creo que todo será distinto. Nunca me tocó trabajar con tanta comodidad y organización, no nos falta nada. En Santa Fe, al tercer día, nos mandaron dos camionetas con elementos de entrenamiento. Dios quiera que se nos de el ascenso. Quedamos mal y sufrimos mucho con lo que pasó en el último torneo.
"Las cosas que me cuentan en cada sesión de masajes mueren conmigo. Yo vivo haciendo bromas y riéndome, pero mantengo los códigos con ellos", remarca "el Tío".-
–Los masajistas suelen ser como una especie de psicólogos en los planteles. Se enteran de cosas que nadie sabe de los jugadores. ¿Cuál es tu secreto para seguir trabajando después de tantos años?
–Los jugadores son los ojos de mi vida. Las cosas que me cuentan en cada sesión de masajes mueren conmigo. Hay que saber mantener los secretos, tener mucha prudencia y no hablar de más. Yo vivo haciendo bromas y riéndome, pero mantengo los códigos con ellos.
–Siempre trabajaste en Córdoba. Y sólo en Racing y Talleres. ¿Nunca tuviste la chance de irte a laburar a Buenos Aires?
–Víctor López (por el exdefensor de Racing y la “T”) me hizo la gestión en el 2007 para irme a Arsenal. Pero justo me llamaron de Talleres y decidí quedarme acá. Fue cuando falleció Miguel Cañete.
Lorenzo está casado con Patricia, tiene tres hijos (Matías, su ayudante en el club, Paola y Pamela), cinco nietos y uno más en camino. “Todavía no pienso en jubilarme (se ríe). Van a tener que aguantarme un tiempo más”, dijo “el Tío”, se acomodó la gorra y terminó la charla. Un enjambre de piernas entumecidas esperaban sus manos.-
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (Sergio Cejas).- 

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