
En una cinta de gimnasio instalada en el centro comercial de Trafford, en Manchester, la ultrafondista Amy Hughes corrió un promedio de 120 kilómetros diarios a lo largo de una semana en la que consumió unas 9.000 calorías por jornada.
“Creo que subestimé el desafío, no tenía real dimensión de la dificultad de este reto, al principio me sentía bien, sin sueño y podía correr unas veinte horas pero después todo se fue complicando transformándose en una montaña rusa emocional”, afirmó Hughes al mismo tiempo que consideró que la correcta recuperación física le demandará un período no menor de seis meses.
Alentada en todo momento por sus amigos, familiares y los espectadores que rotaban a medida que transcurrían las horas, Amy Hughes concretó una nueva hazaña solidaria ya que así obtuvo fondos para obras benéficas que lleva adelante su Fundación 53 en alusión a la cantidad de maratones consecutivos que completó en 2014 para reunir dinero destinado a niños que sufren tumores cerebrales.
FUENTE: (http://www.eldepornauta.com.ar).-
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