El quilmeño habló en España respecto a la posible pelea ante el boricua. “Si pierdo, me pierdo en mi propia miseria”, tiró. Además, elogió los hermanos Sarmiento, sus entrenadores cordobeses.-
Sergio Maravilla Martínez peleará el 7 de junio, en el Madison Square Garden, ante Miguel Cotto. Aunque aún no se hizo el anuncio oficial, ambas partes acordaron detalles que impedían el acuerdo y todo parece listo para que el quilmeño se enfrente a una leyenda del pugilismo mundial como el boricua.
En España, en su visita al diario AS, el titular mediano del CMB habló, entre varios temas, del duelo que se aproxima.-
Perder no es una opción. Consciente de que una derrota podría alejarlo para siempre de los rings, Martínez asegura que no piensa en la derrota.
"Cada pelea que pueda perder, puede ser la última. Voy a matar o morir. Gano o me pierdo en mi propia miseria, me hundo yo solo, y no voy a permitir que eso pase", tiró.
Acerca de su preparación, aclaró que está enfocado en recuperarse de sus lesiones para luego sí meterse lleno al gimnasio y trabajar de cara el duelo que ocurrirá una semana antes del inicio del Mundial de Brasil 2014.
Sobre su entrenamiento, elogió a Pablo y Gabriel Sarmiento, sus entrenadores cordobeses con quienes elaborará su plan de trabajo para medirse con Cotto: "Son los mejores entrenadores del mundo. Lo mejor que hay en el mundo lo tienen ellos en su propia cabeza. Están locos, pero son muy buenos trabajando. Gabi es muy obsesivo con el trabajo y eso es muy positivo, porque uno se siente respaldado por él. Pablo es otro loco con sus ideas que a veces van a la contraria del mundo común en el boxeo, pero eso es lo que lo hace grande también. Tiene una visión que coincide mucho conmigo y para mi punto de vista tiene una sabiduría que muy poca gente la puede tener. Él tiene la experiencia de haber subido muchas veces al ring. Y Gabi para preparar es una máquina, trabaja a la par de los boxeadores. Con un equipo así, las cosas pueden salir bien. Pero no es que pueden salir bien, se hacen bien".
Por último, explicó que en su última pelea, ante Martin Murray, las lesiones le jugaron una mala pasada: "A 10 días del combate, el hombro se me fue, me abandonó. Me quería morir de un infarto. Era un combate que no se podía suspender. Me podía haber cortado el brazo e igual tenía que subir. La rodilla llegó muy frágil. Era yo pero disminuido. No tenía cambios de ritmo. Con la mano y el hombro rotos desde el segundo round, no podía. La cosa fue así: yo casi no pude y Murray casi no quiso".-
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (Mundo D).-
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