Independiente volvió a sufrir en Avellaneda por su falta de ideas en la creación, el rendimiento bajo de la mayoría de sus futbolistas y por perderse en la fricción de la mitad de campo de juego que propuso su homónimo mendocino. Es que Independiente Rivadavia se sintió cómodo y recién en el segundo tiempo sufrió -al menos, un poco- el acoso de los locales.
Aún así, Josué Ayala, arquero de los cuyanos, no fue una figura rutilante y tocó pocas veces la pelota, ya que los encargados de la ofensiva roja terminaron muy mal las jugadas, cada vez que les tocó hacerlo. Bajo esta realidad, De Felippe deberá trabajar mucho e Independiente deberá vencer a Independiente mismo, ganarle a su ansiedad, vencer a sus miedos.-
FUENTE: (http://tn.com.ar).-
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