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jueves, 19 de marzo de 2015

FÚTBOL: "El ACV me dio más de lo que me quitó" - FUENTE: (http://www.diariouno.com.ar).-

Tras el accidente cerebro vascular de Fistori, Gustavo Molina recuerda lo que le pasó cuando jugaba para el Deportivo Maipú y nos cuenta cómo la vida sigue. "Se puede salir adelante".-
Laura López  - (lopez.laura@diariouno.net.ar):
No pensar en él en estos días es prácticamente imposible. Luego de conocerse la noticia del ACV sufrido por Bruno Fistori, jugador de Gutiérrez, a la mayoría se nos vino a la cabeza la historia de Gustavo Molina, quien en 2009 vivió una situación casi idéntica, y hoy nos cuenta con mucho optimismo.
El Pelado tenía en ese entonces 26 años y se encontraba realizando la pretemporada con el Deportivo Maipú. El destino le jugó una mala pasada, y el 12 de enero de ese año, Molina se descompensó y horas más tarde confirmaron que se trataba de un "accidente cerebro vascular isquémico".
Seis años después, el ex futbolista relata cómo sigue la vida después de vivir algo tan duro. "Yo vivo una vida normal. Hago las mismas cosas que todos. No de la misma vida que llevaba antes, porque era deportista profesional, pero sí una vida normal".
"Cuando leí lo de Bruno, me pareció algo muy fuerte, por lo que le toca vivir, lo duro que es el proceso de recuperación, pero sobre todo, lo que va a sufrir su familia. Ellos son lo primero que se me viene a la cabeza. La mía siempre estuvo a mi lado, los padres de él encima no son de acá. Sentí algo muy fuerte en el pecho cuando me enteré cómo se dieron las cosas", relató conmovido Gustavo, que junto a su madre se reunirán con los padres de Bruno para brindarles su apoyo.
" En ese momento, los familiares no saben cómo hacer para ayudarte, sufren mucho. Vos no sos consciente de lo que tenés. Yo sabía que no podía mover el pie ni la mano, pero no entendía la gravedad", siguió el Pelado.
Respecto a las causas de un ACV en personas tan jóvenes, relató que " por lo general le da a quienes tienen problemas de colesterol o presión alta, por eso es más común en gente mayor. A mí se me enfermó una arteria y se fue disminuyendo la presión de la sangre. Fue una cuestión de segundos, se tapó y se destapó, por eso pude recuperarme".
"No se puede prevenir, y no significa que lo vaya a volver a tener". El caso del Pelado se dio en un momento en que no había tanta difusión sobre este tipo de accidentes, y en medio de la incertidumbre, los médicos le dieron el peor panorama.  "Al principio los médicos me dijeron que no iba a volver a caminar y al tercer día me pude poner de pie. A los quince días caminaba, con dificultad, pero caminaba".
Si bien todos los casos son distintos, existe algo en común: la fuerza de voluntad es imprescindible para una buena recuperación. "Iba todos los días a rehabilitación, mañana y tarde. Al año empecé a tener movimientos en la pileta, como levantar la rodilla. Y si bien me decían que no podía, en mi casa intentaba hacerlo y lo logré. Estaba obsesionado con ver cómo mejoraba", describió Molina.
"La idea de la rehabilitación es adaptarte con tus dificultades para seguir adelante. A los nueve, diez meses empecé a correr afuera del Instituto".
El objetivo de Gustavo era volver a pisar una cancha, y lo logró. " Al año volví a jugar al fútbol, era mi objetivo. Entré diez minutos en un partido del Torneo del Interior, para Huracán. En lo personal me hacía bien, entrenaba a la par de todos, pero no corría como los demás, me sentía un jugador menos. Sentía que en vez de sumar, restaba. Me pasa hasta el día de hoy, cuando juego con mis amigos".
Fue el 24 de febrero de 2010, a poco más de un año del ACV. Molina entró diez minutos, y le dijo adiós al fútbol.
"Dejé de entrenar y jugar porque me daba impotencia. Futbolísticamente no rendía, no me sentía bien. El mismo día que volví a jugar, dejé. Hice la pretemporada, pero me costaba. Tenía un cansancio físico y mental que me hizo pensar que ya había logrado lo que quería. Más de eso no iba a poder mejorar", fueron sus duras palabras.
Gustavo Molina no bajó los brazos. Continuó como ayudante de Alaniz en Huracán, club que el Pelado considera "su casa", y luego siguió trabajando en las Inferiores, pero sin cobrar.
"Después nació mi nena, así que necesitaba un ingreso. Con una gran voluntad del Intendente Miranda y el presidente de Huracán Ricardo Pistone, me consiguieron un trabajo en la Municipalidad de Las Heras, donde me desempeño desde hace cuatro años".
Respecto de las secuelas, el Pelado cuenta que  tiene "un buen porcentaje de la sensibilidad alterada, y problemas de precisión en la mano y pierna izquierdas. Tengo movilidad, pero no precisión".
"A Bruno le diría que a veces pasan cosas que no tenemos en mente que van a pasar, pero lo importante es que estén todos unidos. Se puede salir adelante. Me sirvió mucho el tratamiento psicológico, mi personalidad y, fundamentalmente, mi familia", refirió respecto de la situación de Fistori, en muchos aspectos, similar a la suya.
Finalmente, Molina rescató lo positivo de todo lo que le tocó vivir: "El ACV me dio más de lo que me quitó. Me di cuenta quiénes iban a estar siempre a mi lado. Comencé a valorar a mi familia. Sacó lo mejor de mí. Al fútbol en algún momento iba a tener que dejarlo. Fue duro, pero me ayudó. Aprendí muchas cosas".
FUENTE: (http://www.diariouno.com.ar).- 

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