La doble jornada del barrio Los Boulevares alumbró una final que volverá a situar, cara a cara, a Tala y a La Tablada. Los colosos del norte de la ciudad repetirán sus cruces decisivos de 2003, 2006 y 2012, todos ganados por La Tablada.
Tala se quedó con el clásico en 2011, en el último partido de la liguilla, que le permitió coronarse, aunque junto a La Tablada y Athletic. En choques mano a mano, las victorias fueron para el actual campeón.
Con la victoria consumada, en el primer turno. de La Tablada sobre Urú Curé, la reedición del clásico en la final se vislumbró muy pronto. El temprano e impactante trabajo de demolición de Tala, la manifiesta superioridad que ejerció sobre un desconcertado Jockey Club Córdoba, aceleró la puesta en escena y las especulaciones de lo que sucederá el próximo sábado en el mismo escenario.
Hablando de escenario, el espectáculo fue completo. El predio de Palermo Bajo lució impecable, saturado de colores, una situación tan típica que se repite desde 2002, cuando se optó por este tipo de definiciones.
Incluso se sumó un nuevo color a la fiesta: el azul y gris de Urú Curé. Sin dudas, para los riocuartenses, y sin temor a los adjetivos, fue una jornada especial, inolvidable e histórica. Se trató de su primera vez en semifinales, que significa algo así como una graduación. Por eso su gente lo acompañó masivamente y tras la derrota lo despidió con una ovación conmovedora. Fue el momento más emotivo de la tarde.
Lágrimas de los jugadores y lágrimas de sus hinchas. Urú Curé no olvidará la tarde de Los Boulevares. Tampoco el intendente de Río Cuarto, Juan Jure, hombre del club, presente en la cancha: “Más allá del resultado, viví esta jornada con mucha emoción y alegría porque mi corazón es de Urú Curé. La campaña del club es muy importante para la ciudad”.
La Tablada, viejo zorro en estas lides, celebró con sobriedad. Hubo muchos abrazos de los jugadores de ambos equipos. Un reconocimiento explícito de un campeón a un retador dignísimo y calificado. Una bienvenida al club de los “grandes”.
Demoró en despejarse el campo para dar paso a la segunda semifinal. Que, en realidad, prácticamente no existió. La tremenda superioridad de Tala, impropia de un juego en esta instancia, le quitó un partido al espectáculo.
Mientras en el campo se desarrollaba un ejercicio de demolición, afuera comenzaba a palpitarse la definición que se viene.
La final, además de todo lo que contiene un choque entre Tala y La Tablada, promete una pulseada de estilos. El mejor scrum contra la mejor defensa. Tala y su apuesta al músculo, La Tablada y su sapiencia para trabajar los partidos. Será una gran final.
También promete mucho el juego por el tercer puesto, que dista mucho de ser un simple compromiso. El ganador jugará en el Torneo del Interior A, que a su vez clasificará a nueve equipos al Nacional de Clubes 2014. Será una gran oportunidad para Urú y Jockey.
El sábado se repetirán los colores en Los Boulevares. Habrá una nueva fiesta, pero sólo uno de ellos brillará más.-
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (Sergio Cejas).-
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