La participación de Gabriel Pozzo en el Rally Argentina le insumió al cordobés varias semanas de intenso trabajo y muy pocas horas de sueño para concretarlo. Es que el volante de Villa Cabrera estuvo a cargo de todas las negociaciones antes de poder subirse al Ford Fiesta WRC y comenzar a acelerarlo en los caminos cordobeses.
La lección ya la aprendió y por ello iniciará en Grecia una nueva instancia en su carrera deportiva.
“El resultado en el Rally Argentina me dejó muy feliz y abrió una brecha que no esperaba”, le comentó Pozzo a Mundo D y añadió: “A partir de este momento mi futuro deportivo pasa por tres personas: Luca Pregliasco, del equipo Astra Racing en Italia y quien se ocupa de mi futuro en el WRC; Julián Cornaglia, que lo representa en Argentina, y Malcolm Wilson, el director deportivo del Qatar WRT. Tanto Wilson como la gente de Astra quedó muy contenta con el resultado y una vez concluido el Rally comenzaron a trabajar de cara a Grecia”.
Consultado Pozzo sobre si en los caminos del Acrópolis se iniciaba una nueva era para él en el WRC, manifestó: “Ahora, sólo pienso en manejar. Ya no tengo que ocuparme de buscar auspiciantes y lidiar con todo lo inherente a correr en el exterior. Hubo una reunión entre Astra y Wilson y estuvieron de acuerdo en que para que yo lograra un mayor rendimiento sobre el Fiesta WRC debía concentrarme en manejar el auto y dejar de lado lo demás. Por ello, Astra se hace cargo ahora de la parte comercial y yo estaré sólo dedicado al área deportiva. Seré un nexo entre las empresas argentinas y el equipo Astra, que a su vez se entenderá con Wilson. La idea es hacer dos carreras en el resto del año; Acrópolis, que ya está encaminada, y otra posible es Australia, pero dependerá del apoyo que se consiga”.
Descubriendo al Fiesta Pozzo se subió al Fiesta WRC sin tener ningún test encima y fue descubriendo al auto con el correr de los kilómetros.
Tras dar la vuelta y terminar 11º en la fecha Argentina, el cordobés dijo de su auto: “Es muy fácil de manejar, pero es difícil conocer el límite del auto. Es bárbaro cómo se comporta, tiene una velocidad en curva increíble y siempre reacciona cuando lo necesitás en cualquier cambio. Yo diría que es un vehículo para manejar más con la cabeza y la velocidad del cerebro que con el esfuerzo físico. Y las líneas que traza en el camino son distintas a todas porque con los autos argentinos sería imposible obtener una respuesta similar en lo veloz”.
En relación al comportamiento en lo trabado, Pozzo enfatizó: “El problema de la rotura de la barra estabilizadora subiendo el Giulio Cesare me impidió ver cómo reaccionaba en lo trabado, ya que con ese elemento roto se convierte en un tracción trasera y es difícil poderlo llevar”, concluyó el cordobés.-
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (LVI).-
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