Desde afuera, pensativo, mirando de un lado al otro, no se decidía a entrar. Sus gestos transmitían inseguridad. Cualquier fanático del rally no resistiría e ingresaría en cuanto se le presentara la oportunidad, sin embargo, él no lo hacía.
“Acabamos de llegar de Paraguay, de San Ignacio, Misiones”, arrancó en cuanto este cronista le consultó si necesitaba algo.
Su tono no daba margen de error. Inmediatamente después reveló que estaba esperando a uno de sus amigos, quienes en tres autos llegaron desde el vecino país.
¿Y por qué la mochila? Porque él no vino con ellos, sino que duplicó la apuesta y lo hizo como mochilero. “Estamos a unos 150 kilómetros de Posadas: hice la vuelta, pasé por ahí, luego por Santa Fe y llegué a Córdoba”, relató entusiasmado Carlos Giménez justo cuando a lo lejos divisó a Franco, uno de los suyos.
El muchacho encabezaba un grupito de cuatro personas que, a paso acelerado, buscaban la curva que los depositara en la entrada del recinto.
Quienes venían con él eran Iván, Ignacio, Marcelo e Isaac, el único que no era vecino, sino que vivía en Chaco. Todos dejaban a la vista la emoción de poder formar parte de la fiesta.
“Somos apasionados de los ‘fierros’, como dicen acá”, explicó Carlos al terminar de presentarlos. Esa era la motivación principal. Aunque, claro, también sabía que dos tripulaciones estarían corriendo bajo su misma bandera.
Así es, en Córdoba, en el Rally Mundial, a más de 1.200 kilómetros de la frontera con su país, Miguel Zaldívar-Héctor Nunes y Gustavo Saba-Víctor Aguilera tendrían aliento de sus coterráneos.
El paso de algunas promotoras “vendiendo” turismo sanjuanino arrancaron los primeros suspiros de los muchachos, con las consecuentes cargadas que siempre surgen en estos casos.
Alguno de novio, otros casados, todos se transformaron por algún momento en blancos fijos para generar las risas.
Mientras tanto, Carlos continuaba con su relato, apuntando que vino en 2012, cuando la categoría era dominada por Sébastien Loeb, y que este año no dejó pasar la oportunidad de retornar.
Isaac parece ser el encargado de imagen. Mientras el resto de sus compañeros charla con el periodista, y de paso consultan donde comprar comestibles, alterna fotos con su réflex con un par de filmaciones tomadas desde su teléfono celular.
Parecen decididos a pasarla bien. El dinero que trajeron, según sus cuentas, les alcanzará para quedarse hasta el día de la coronación.
Sabiendo eso, no perdieron tiempo y diagramaron su propio plan de carrera. “Después de dar una vuelta y comprar las cosas, iremos a San Agustín y mañana (por el sábado) estaremos en Copina”, avisaron.
La hoja de ruta también estaba lista, Marcelo, con un llavero de Ford saliendo de su bolsillo izquierdo, seguramente habría estudiado los planos.
La curiosidad pudo más, y tras unos largos minutos de diálogo, Carlos explicó, finalmente, qué hay en la mochila. Qué se necesita para pasar un par de días a puro rally. “Así como me ves, así vine, sólo con esto.
Ropa, carpa, bolsa de dormir, algo de dinero; todo lo que sea para acampar, comida, enlatados, agua… y mucho alcohol. ¡Ah! También mangas largas, porque en la mañana hace frío”, exhibió mientras volvió a poner todo en su lugar.
Sobre la carrera en sí, Carlos sospecha lo mismo que la gran mayoría en Villa Carlos Paz: “Este rally esta bueno porque es una de las últimas carreras de Loeb, y viene mano a mano con un Ogier imparable, que es muy interesante. Uno de los dos va a definir”, cierra su comentario.-
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar) - FOTO: (LVI).-
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