"'Maravilla' está comiendo en Meliquina", decía un mensaje de texto. Sí, a cinco días de haber defendido exitosamente su título mundial de peso mediano versión CMB, el campeón se encuentra en Córdoba, donde recorrió algunos centros turísticos.
Esta mañana, recorrió Alta Gracia (lugar al que llegó el martes a la noche, alojándose en El Potrerillo de Larreta) y pudo visitar el Museo del Che, locación donde Ernesto Guevara, su "gran inspiración", pasó parte de su infancia. Luego, para el almuerzo, el sitio escogido fue un bar de Villa Carlos Paz.
Con vista al lago San Roque, en una ubicación realmente privilegiada, Martínez bajó de una camioneta acompañado por una mujer y se sentó en una de las mesas exteriores.
Una gorra y unos lentes anchos que ocultaban la gasa que cubría una herida en su ojo derecho eran los elementos a través de los cuales intentaba camuflarse. Antes, según explicaría después, "fue una verdadera locura", haciendo referencia a su actividad matutina.
"No puedo dar notas, disculpen, pero si hablo de boxeo me matan", comentó el quilmeño ante el requerimiento de los periodistas de Mundo D. Es que, tras comer ravioles de salmón y tomar un helado como postre, su intención era irse tal como llegó, sin llamar la atención.
Sin embargo, antes de subir en su vehículo, el cual, según sus propias palabras, "le cuesta manejar por la fractura" en su mano izquierda, se detuvo un instante para hablar de "fierros".
Aunque en esta oportunidad no vino a presenciar el Rally, que por ahora domina Sebastien Ogier, Martinez se autodefinió como un fanático de los autos. "El que me conoce sabe que me encantan los coches", apuntó, para luego añadir que tiene "dos bonitos deportivos" en su casa.
Más tarde, aclarando que aún tendrá entre cuatro y cinco meses más para conseguir una recuperación total de su muñeca, se retiró en la camionate color oscuro, buscando su nuevo destino.-
FUENTE: (http://mundod.lavoz.com.ar).-
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